viernes, 12 de diciembre de 2008

De nuevo de luto...


El día de hoy, aprovechando que de nuevo tengo internet, debería publicar una entrada publicitaria anunciando que ya salió la revista número 3 con dos nuevos separadores y que la busquen en los festivales de este fin de semana... pero esta mañana lo primero que me levantó no fue mi conciencia diciéndome que tenía que alistarme temprano para ir a hacer todas las vueltas previas a los festivales. Lo que me levantó hoy fue mi mamá para darme la mala noticia de que encontraron a Karin afuera de la casa, atropeyada....

Por más que hice el esfuerzo de acostumbrarlas a entrar en las noches a la casa, y por más que siempre me hacían caso y entraban obedientes (a veces había que perseguirlas un poco porque aún tenían ganas de jugar, pero siempre entraban al final) anoche no hubo manera de que Karin entrara. Aunque salí, la perseguí, intenté atraerla con juguetes, con comida y pasé una hora o más intentando meterla y no quiso entrar; prefirió quedarse acostada en el sillón viendo hacia la calle. No tuve más remedio que cerrar la ventana para que las dos enanas no se salieran y dejarla a ella afuera, confiando en que era la mayor, la mamá, la más responsable, la callejera que sabía muy bien como cuidarse sola. Pero parece que anoche ella tenía otra cosa en mente e hizo el intento de cruzar la calle, talvez para ir a buscar al gato de la esquina, pero en ese intento acabó con su vida, un golpe en la cabeza y nuestra Karin partió al cielo con todos los demás bebés que he perdido de maneras similares. Es extraño que de cierta forma lo presentía, por la forma de actuar de ella y claramente se lo advertí que si se quedaba afuera algo le iba a pasar, pero yo hubiera preferido despertarme hoy y encontrarla en el sillón para alzarla y apretarla toda y regañarla por no querer entrar anoche mientras la llenaba de besos.

Es extraño, porque llevaba días actuando extraño, siendo ella la primera en acostarse siempre en mi cama, llevaba casi una semana que no quería dormir conmigo ni venía a sentarse al sillón a mi lado cuando yo estaba en la computadora ni venía a que yo la chineara.... Talvez ella ya sabía, ya presentía que le tocaba su hora e hizo lo posible para que yo no sintiera tanto su pérdida al alejarse de mí y concentrar mi atención y cariño en las dos enanas... Nadie lo sabe, solo Dios, pero lo que todos si sabemos es que los gatos saben más de lo que nosotros pensamos y siempre que saben que van a morir hacen lo posible por no herir a sus dueños antes de su ida.

Ahora lo que me queda es cuidar a las pequeñas huérfanas, para que aprendan y no sigan el camino de su madre. Aunque ahora Zacha anda toda loca, porque perdió a su "rival" y anda marcando todo el territorio para cuando venga el gato que sepa que solo está ella y esté tranquila porque ya no tiene quien la agreda, no sabemos si en algún momento la va a extrañar. En cambio Dumy si reaccionó mal, siendo la menor y más chineada, apenas vió el cuerpo salio corriendo asustada y luego yo la traje de nuevo para que pudiera despedirse de su mamá antes de enterrarla y luego de acercarse y olfatearla, le dio dolor de estómago y ha pasado comiendo cesped y vomitando, además de estar super asustada (más de lo normal) y ahora reacciona peor cuando la alzo, hasta me aruñó el brazo cuando la metí de nuevo a la casa.

Por ahora ya las dos se tranquilizaron y están dormidas. Me preocupa que este fin de semana es el matsuri y tengo q dormir donde Kaji porque nos toca madrugar y cargar todos los chunches y obviamente desde San José queda más cómodo; pero me siento mal de dejarlas solitas. Espero que sigan mejor este fin de semana y mi mamá las pueda cuidar bien; pero siempre que yo me voy ellas se rematan y hacen más loco esperando a que yo regrese....

Pero bueno, para no hacer más larga la tortura, dejo la entry hasta acá, despidiendome de mi gordita peleona chineada, esperando que ella me ayude desde el cielo a cuidar a sus dos bebés para que no les pase nada malo.


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